La leyenda de las cabezas de Moro
Según la leyenda, durante la dominación árabe en Sicilia, una hermosa niña vivía en Palermo, en el barrio árabe Al Hàlisah (hoy Kalsa). Mientras, como de costumbre, cuidaba las plantas de su balcón, fue descubierta por un moro que inmediatamente se enamoró de ella, sin ocultarlo.
La muchacha, impactada por tanto sentimiento, correspondió el amor del joven.
Lamentablemente, un día descubrió que el Moro tenía esposa e hijos en su tierra.
Traicionada y su honor ofendido, esperó la noche para llevar a cabo su venganza.
Tan pronto como él se quedó dormido, ella lo mató, le cortó la cabeza, hizo un jarrón con ella, plantó albahaca en él y la exhibió afuera en el balcón.
Sólo así el pelinegro permanecería con ella para siempre.
Desde entonces existe la costumbre de construir jarrones de terracota, "graste" en forma de cabeza de color marrón oscuro.